El lunes 24 de julio de 2023 dos adolescentes perdieron la vida al impactarlos un rayo en Villa Luis Gil Pérez. Tras la tragedia, los sobrevivientes hablan de aquella tarde que les cambió su vida.
Andri González, uno de los que estaba con los jóvenes señaló que no encuentra manera de explicarse lo sucedido: “Me siento muy mal, nunca pensé que esto nos sucediera. No encuentro la manera de explicarme por qué a nosotros, realmente nuestro único pecado fue ir al lugar, a disfrutar un rato”.
Aún con la voz entrecortada y con una profunda pena hizo un esfuerzo para contar lo que vivió en ese lunes en el campo de futbol: “En la noche no podía dormir viendo la imagen de ellos dos, (el rayo) los despellejó, la ropa se las hizo pedazos. Ellos traían tenis, igual se los hizo pedazos, donde salió el rayo por sus pies, igual yo me desmayé”.
Pese al impacto de la descarga, el entrevistado cuenta que se sobrepuso al dolor y logró avisar de lo ocurrido: “Logré hacer fuerza, ya me estaba durmiendo, logré levantarme. Con mi dolor que yo sentía tomé la moto y fui avisar”
Otro de los protagonistas, Guadalupe Hernández Alegría, tío de los muchachos, aunque no estuvo al momento en que cayó el rayo, fue instantes después al campo de futbol, sólo para comprobar que sus sobrinos habían perdido la vida.
“Yo fui a darle los primeros auxilios a los otros muchachos, pero cuando llegué ya estaban fulminados, ya estaban muertos los dos. Levanté a uno y cuando lo levanté tiró su bocarada de agua, y lo abracé y llore, ¿Chuco qué te pasó? ¡Chucho, Chucho, levántate!, pero ya no, ya estaba fulminado él y su primo”.
Otro de los sobrevivientes fue su hijo, Miguel Ángel Hernández, sin embargo, quedó lesionado a raíz de la electricidad que pasó en su cuerpo, y desde una cama cuenta lo que sucedió:
“Sentía yo que me ardía la parte de la cara de acá (señala la parte izquierda de su rostro). Hasta ahorita no siento los hombros, me empezó a doler la parte de acá de la barriga (señala su abdomen) y no siento las piernas, sólo tengo movimiento en mis manos y en mi dedo del pie, ya lo demás no lo siento.
Ahora el padre da gracias a Dios que su hijo esté vivo, sin embargo, por las condiciones en que está el muchacho pide la ayuda de un médico: “Prácticamente mi hijo está para contarlo, pero la verdad sí me gustaría que un doctor si me quisiera apoyar, para ver que solución le damos a mi hijo. Cualquier doctor se lo agradecería que le echara la mano a mi hijo”, concluyó.
