Una madre hondureña vivió tres días de zozobra al no saber de su hijo de 13 años, debido a que al abordar un tren, unos de sus vástagos no pudo abordarlo y la mujer para no dejarlo solo se tiró, quedando el otro arriba de la máquina junto con una sobrina que les acompañaba.
El ir tras el ‘sueño americano’ se convirtió en una pesadilla para una mujer y su familia, ya que ella vivió la pérdida de uno de sus hijos durante unas horas. Lo que concluyó al tercer día al reunirse de nuevo con el menor de edad, lo que fue posible por el Instituto Nacional de Migración (INM).
De acuerdo con el informe de la instancia, una familia originaria de Honduras que buscaba llegar a la frontera norte de México en ferrocarril y, en su intento, quedó separada cuando la madre migrante se arrojó del tren en marcha para no dejar solo a su hijo de 12 años, quien no pudo subir.
La señora solamente alcanzó a ver a su otro hijo, de 13 años, y a su sobrina, de 18, alejarse arriba de un vagón.
Los hechos ocurrieron en Orizaba, Veracruz, donde el niño y su prima avanzaron por varios kilómetros hasta ser interceptados en un punto de verificación ferroviaria en Tlaxcala; ahí informaron de lo sucedido a los Agentes Federales de Migración.
Los jóvenes migrantes fueron trasladados, en compañía de una Oficial de Protección a la Infancia (OPI) del INM, a un albergue designado por la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Tlaxcala, al tiempo que se realizaba la búsqueda de la madre y su hermano de 12 años de edad.
Se estableció comunicación con casas de migrantes en el centro y sur del país, además de ampliar las acciones de verificación migratoria en esa entidad, para su localización.
Al día siguiente de separarse de su hijo y sobrina, la señora y su hijo menor subieron a un ferrocarril que los llevó a Apizaco, donde preguntó sin éxito por sus familiares en un albergue del lugar; decidió unirse a un grupo de migrantes que iban a Huehuetoca, Estado de México.
En el tercer día, se comunicó vía telefónica a Estados Unidos para comentarle lo sucedido al papá del menor; pero, éste le informó a la madre que su hijo le había hablado previamente desde un albergue de Tlaxcala.
Al buscar la forma de regresar a Tlaxcala, la migrante de Honduras llegó a San Juan del Río, Querétaro, donde una familia la hospedó ese día y le permitió hacer una llamada para confirmar que su hijo y su sobrina estaban en el albergue mencionado.
Finalmente, abordó un autobús a Tlaxcala para luego dirigirse a la Oficina de Representación de INM, en la cual se le brindó acompañamiento para reencontrarse con su otro hijo y su sobrina.
La señora manifestó -en ese momento- que dejaría a un lado toda pretensión de ir a la frontera norte del país y solicitaría refugio en México para ella y su familia.