Este viernes 5 de julio de 2024 el huracán Beryl llegó a Tulum, Quintana Roo, causando los primeros estragos. Tal como se tenía previsto, el meteoro tocó tierra en las primeras horas con lluvias y vientos de rachas fuertes que se podían ver en esta parte de la Península. Su huella era más que evidente y confirmó lo que días antes los pronósticos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que tal fenómeno derribaría árboles, ramas y demás objetos que estuvieran en el paisaje urbano.
La instancia federal a través de sus datos sobre el seguimiento al clima, indicaba lo siguiente: El Centro de Huracán Beryl categoría 2 tocó tierra al norte de Tulum, Quintana Roo, a las 05:05 horas (tiempo del centro de México), con vientos máximos sostenidos de 175 km/h, rachas de 220 km/h y desplazamiento hacia el oeste-noroeste a una velocidad de 24 km/h.
Los números acompañados de una imagen de satélite, quizá poco entendible, eran suficientes para dimensionar lo devastador que podía ser, aún con una disminución en su potencia, ya que hace unos días su clasificación era 5 y al tocar tierras mexicanas bajó a 2. De más a menos, aquí no se aplicaba, porque la ciudadanía sentía que las condiciones climatológicos, se tornaban salvajes.
Las imágenes hablaban por sí solas, evidencia que el ‘mal tiempo’ estaba causando estragos. La costa fue la primera en sentir los embates de Beryl, el oleaje que se estrellaba contra las piedras hizo que algunas llegaran a la carretera que está cerca de la zona, y eso era el principio. Las palmeras eran movidas de un lado a otro, parecían que no pesaban, como si fueran papel, mientras que las ramas daban la impresión que luchaban contra el viento. Todo sucedía bajo un cielo nublado y un aguacero que hacía difícil la visibilidad.
Al adentrarnos a la ciudad, una gasolinera no resistió la presencia del huracán y quedó semiderrumbada, parte de sus soportes, unos postes amarillos, quedaron del lado, llevando el techo a una inclinación que los acercó al suelo, pero un tercer soporte evitó que la estación se viniera abajo. El estacionamiento del centro comercial donde se encuentra el lugar estaba cerrado, como otros lugares dedicados a las ventas.
En otra parte, las afectaciones continuaban apareciendo en Tulum, las fuertes de ranchas de viento habían tirado ramas, las cuales cayeron sobre vehículos estacionados, algunas de poco peso no dañaron las carrocerías, pero otras provocaron abolladuras, hundimientos que se después que pase este meteoro sus dueños tendrán que llevar con alguien que repare tales daños, lo que es una consecuencia (daño colateral dirían algunos) que nadie más que el ciudadano tendrá que afrontar.
Un hombre con una sombrilla cruzando en una vialidad, era la postal perfecta de la apremiante situación que vive Quintana Roo. A la escena se agregó un semáforo caído con un letrero en el que se podía leer Playa del Carmen. Un boulevard o avenida mojada por la lluvia y a lo largo encharcamientos que se veían oscuros por el color del asfalto y que contrastaban con el verde los árboles, algunos de ellos vencidos por los vientos.
A la par de los primeros estragos, las condiciones climatológicas indicaban que las lluvias serían intensas con puntuales torrenciales de 150 a 250 milímetros (mm) en Campeche, Yucatán y Quintana Roo, para este viernes, condiciones que disminuirían durante el sábado, para el estado quintanarroense, teniendo previstos intervalos de chubascos con lluvias puntuales fuertes en el rango de 25 a 50 mm, pero aún así, el mal tiempo seguirá.