El mundo del deporte se viste de luto al anunciarse el fallecimiento de Yolanda Ramírez, considerada la mejor tenista de México de todos los tiempos. Su legado en el tenis es indiscutible, habiendo dejado una huella imborrable en la historia del deporte nacional e internacional.
Nacida en una época donde el tenis femenino apenas comenzaba a ganar visibilidad, Ramírez se destacó por su talento y perseverancia. En 1958, logró consagrarse campeona en el Abierto de Francia, conocido como Roland Garros, al ganar en la modalidad de dobles junto a su compañera Rosa Ma Reyes. Ese mismo año, también se alzó con el título en dobles mixtos, formando pareja con el destacado jugador Billy Knights. Su desempeño la llevó a alcanzar el sexto lugar en el ranking mundial, un hito que la consolidó como una de las mejores tenistas de su generación.
Pero su trayectoria no se limitó a esos triunfos. Yolanda fue finalista en competiciones individuales en 1960 y 1961, además de obtener dos subcampeonatos en la modalidad de dobles y un tercer lugar en el US Open de 1961. A lo largo de su carrera, ganó un total de 32 torneos individuales en el circuito profesional, sumando a su palmarés ocho medallas en los Juegos Panamericanos, de las cuales cuatro fueron de oro.
Reconocida por su contribución al deporte, Ramírez fue inductora al Salón de la Fama de Wimbledon, así como de las Federaciones Internacional y Mexicana de Tenis. En 2021, fue homenajeada como parte de la primera generación del Salón de la Fama del deporte en Puebla, conocido como “Paseo de Campeones”.
Yolanda Ramírez no solo será recordada por sus logros deportivos, sino también por su espíritu indomable y su dedicación al tenis, inspirando a generaciones de atletas. Su legado perdurará en la historia del deporte mexicano y en los corazones de quienes la admiraron. Descanse en paz, Yola Ramírez.
