En un movimiento digno de película de acción, más de mil elementos de diversas corporaciones —entre ellas la FGEO, AEI, SEDENA, SEMAR, Guardia Nacional y la SSPC— llegaron con todo y sin pedir permiso a Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, para tomar el control total de la policía municipal y su sistema de videovigilancia, el famoso C2.
La operación, bautizada con el nombre de “Operación Sable”, vino como respuesta a la escalada de violencia que tenía a los habitantes de Juchitán con el Jesús en la boca. Hablamos de extorsiones, cobros de piso, secuestros y homicidios. Las calles ya no estaban pa’ caminar tranquilo.
Y sí, los policías encontraron a sus padres, porque las fuerzas federales llegaron a revisar instalaciones, a checar qué andaban haciendo y a pasarlos por evaluaciones de control y confianza. Nada de “yo no fui, fue Teté”.
Además, se montaron retenes en los accesos a la ciudad, se intensificaron los patrullajes y hasta se están haciendo reuniones con comerciantes, para que ahora sí se escuchen las quejas y se atienda a las víctimas.
Esta entrada con fuerza de Estado y Federación busca bajarle varias rayitas a la inseguridad en el Istmo de Tehuantepec. Y aunque los uniformados municipales andaban medio desconcertados, al parecer esta limpia va en serio.
Ahora solo queda esperar que este sacudidón sí rinda frutos y que, al menos por un buen rato, la paz no se nos vuelva a escapar entre los dedos.