La desaparición y posterior asesinato de Ricardo Martínez Rodríguez, mejor conocido como “Maderas Richard”, ha sacudido a Tabasco y Ciudad del Carmen, donde operaba su negocio. Lo que inicialmente se consideró un típico caso de secuestro se ha convertido en uno de los crímenes más impactantes del año, revelando la traición más desgarradora: un plan orquestado desde su entorno familiar.
Ricardo fue secuestrado en Villahermosa, y su familia recibió exigencias de rescate por 10 millones de pesos. Este hecho desencadenó una intensa movilización policiaca en Tabasco y Campeche. Sin embargo, la falta de comunicación y movimientos sospechosos en las cuentas bancarias de la víctima alertaron a las autoridades, quienes comenzaron a investigar el rastro financiero que resultaría crucial en la resolución del caso.
Días después, la tragedia se confirmaría. En un camino de terracería en Huimanguillo, las autoridades encontraron una maleta azul que contenía los restos de Ricardo, evidenciando un asesinato brutal y calculado. La noticia se propagó rápidamente, generando indignación en la comunidad.
Los análisis de los movimientos bancarios de la víctima condujeron a la detención de tres presuntos responsables del crimen: Itxebani Guadalupe “N”, de 26 años, familiar directa de Ricardo; Katia Cristel “N”, de 29 años; y Florencio Jesús “N”, de 45 años. Las investigaciones apuntan a conflictos familiares, resentimientos y ambición económica como factores que llevaron a esta traición mortal.
Las autoridades también están considerando la posibilidad de que hasta seis personas más estén implicadas, ya que se sospecha que hubo más involucrados en el secuestro, la custodia y la negociación del rescate.
La muerte de “Maderas Richard” ha dejado una profunda huella en el sector maderero y en la comunidad que lo conoció como un comerciante exitoso y trabajador. La revelación de que su asesinato pudo ser orquestado por aquellos en quienes confiaba ha suscitado un clamor generalizado por justicia y la necesidad de esclarecer cada aspecto del caso.
A medida que las investigaciones continúan, las autoridades aseguran que aún quedan capturas por realizar. La historia de Ricardo se convierte en un trágico recordatorio de que, en ocasiones, la traición más peligrosa proviene no de extraños, sino de quienes comparten la misma sangre.
